El paso de los años, el
embarazo y el parto, la menopausia, el tratamiento de algunos procesos cancerosos, la práctica de deportes en forma intensiva son algunas de las causas que pueden producir alteraciones físicas y funcionales en el área de los genitales, vagina y suelo pélvico.
Algunas veces pueden producir problemas que disminuyen la calidad de vida, como incontinencia urinaria,
resequedad vaginal y algunas disfunciones como dolor.
Existen diversos
tratamientos innovadores que favorecen la reparación y regeneración de los tejidos que pueden ayudar a mejorar el tono muscular, la sensibilidad, el aspecto y la funcionalidad de la zona genital.
Estos
tratamientos también se pueden utilizar para mejorar cicatrices derivadas de la práctica de una episiotomía o cesárea que provocan dolor, o por motivos estéticos para mejorar el aspecto físico de estas zonas íntimas.
En
condiciones de atrofia genital y con una reducción gradual en las fibras de colágeno, la vagina pierde su elasticidad y la mucosa, al estar menos hidratada y vascularizada, se vuelve más delgada y floja. Esa sensación de malestar, sumada a la
brusca caída de hormonas de estrógeno al acercarse la menopausia, puede tener un efecto negativo en su bienestar general y en muchos casos, en sus relaciones personales.
Si esté fuera el caso acude a valoración y te brindamos información.
